Nacido a principios de 2008 en el Reino Unido y muerto dos años más tarde, en octubre de 2010 en Alemania, este pequeño animal se ha convertido en leyenda. Miles de fanáticos del fútbol alrededor del mundo confiaron en él para que anticipase los resultados de los partidos. Más que una bola de cristal o que una cábala, el pulpo «Paul» fue el oráculo en el que todos creyeron durante la Eurocopa del año 2008 y el Mundial de Fútbol de 2010. Y tuvieron razón: el pulpo acertó los ocho emparejamientos que se le presentaron.

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Paul nació en cautiverio, en el acuario Sea Life de Weymouth, una localidad ubicada al sur de Inglaterra. La mayor parte de su vida transcurrió en la sucursal de Oberhausen, en Alemania. Se lo bautizó como «Paul» gracias a Boy Lornsen, un escritor de literatura infantil que había escrito el poema “El pulpo Paul”. El director de Sea Life aseguró que el animal demostró una inteligencia destacada para su especie; y fue la manera que tenía de mirar a los visitantes del acuario lo que llevó a sus cuidadores a ponerlo a prueba. De todas maneras, el pulpo está considerado, dentro de la zoología, como el más inteligente de los invertebrados. No sólo sabe desarrollar estrategias para esconderse de los predadores, sino también escapar de laberintos y distinguir formas, aunque no colores.

¿Cuál era el procedimiento de Paul para dar los pronósticos de los partidos? Antes de cada encuentro de la selección alemana, se le presentaban al pulpo dos recipientes exactamente iguales, con algo de comida. Uno de ellos tenía una marca con la bandera alemana y el otro, la del equipo opuesto. La bandera que Paul eligiera, presente en uno de los contenedores, sería la ganadora. De esta manera, acertó cuatro de los seis partidos que jugó Alemania durante la Eurocopa, y los primeros 6 del Mundial. Incluso vaticinó la victoria española ante Alemania durante la semifinal, y el triunfo de este mismo país ante Uruguay para el tercer lugar en el Mundial.

Algunos expertos sostienen que el pulpo podría estar influenciado por sus cuidadores, quienes podrían haber colocado comida de aspecto más llamativo en uno de los contenedores. Sin embargo, no hay razón para suponer que los cuidadores tuvieran capacidad de predecir el resultado de los partidos. Quizás en el caso de España podría aceptarse la explicación de los científicos del Instituto de Investigaciones Marinas de Vigo. Estos argumentaron que, si bien los pulpos son incapaces de distinguir colores, Paul podría haberse sentido atraído por el contraste de la bandera española, de franjas rojas y una amarilla. Los rumores en torno a Paul crecieron de tal manera, que hubo quienes afirmaron que el pulpo nacido en Inglaterra no era el mismo de Alemania, teniendo en cuenta la esperanza de vida de esta clase de animales. De todas maneras, las estadísticas confirmaron el prodigio: el pulpo Paul acertó los 8 resultados de los 8 que se le propusieron; si hubiera tenido que elegir al azar, las probabilidades de acierto hubieran sido del 0,39%.