Pablo Escobar
Pablo Escobar comenzó su carrera delictiva robando lápidas a temprana edad, pero pronto pasó al negocio de los desarmaderos en los años 70’ hasta olfatear el verdadero negocio: la venta de cocaína a Estados Unidos.
En principio, como todo negocio, se hizo desde abajo. Pequeñas avionetas con algunos kilos de coca se enviaban todas las semanas a Miami para regocijo de los aspirantes locales. Amasó rápidamente una fortuna, la que sabiamente utilizó para armar una estructura artesanal que fue la primera y última forma de mover coca en forma masiva y a la vista de todos; Escobar controlaba las plantaciones, los laboratorios, las rutas de traslado, los sicarios, el precio, el lavado de los dólares y una ciudad: Medellín.
A su ciudad destinaba muchas de sus ganancias del narcotráfico; construyó escuelas, hospitales, barrios, estadios y carreteras. Como contrapartida, la ciudad temblaba y proveía a sus jóvenes para ser sicarios del temido Mágico como gustaban llamarlo.
Para 1982, Escobar era electo diputado por la comunidad de Envigado, y llegaba al congreso colombiano. Su status quo en el hampa ya era ampliamente conocido por todos, y fue así como el entonces Ministro de Justicia Rodrigo Lara Bonilla decidió quitarlo del Congreso. Escobar juró venganza; al año siguiente un sicario asesinaba a bonilla de 7 tiros en forma de cruz, para dejar asentado quién había dado la orden.
“No más chistes de coctel sobre las fortunas malhabidas de los capos” dijo el entonces presidente colombiano Belisario Betancour en el entierro de Bonilla.
“La ruta del dinero termina en prisión o en el cementerio”
Lo cierto es que pasaron muchos años hasta que las palabras del presidente se pudieran cumplir. El jefe del Cartel de Medellín estaba más que cómodo y era inmensamente rico. Tenía tanto dinero, que se dio el lujo de derivar fondos a la CIA en su guerra Irán-Contras a cambio de tener libre algunas rutas aéreas desde Panamá hacia Estados Unidos. Sumamente excéntrico, en su estancia principal de 4.800 hectáreas, llamada “Nápoles”, Escobar tenía su zoológico privado, pistas de aterrizaje, una plaza de toros, carreteras, un jardín con miles de árboles plantados especialmente, dinosaurios de cemento y decenas de piscinas para diversión de sus invitados, que solían incluir a senadores, jueces, actrices, jugadores de fútbol y gran parte de la élite de Medellín. En una entrevista que tuvo con un periodista colombiano, Escobar decía, refiriéndose a unos pájaros exóticos arriba de los árboles: “No se imagina lo verraco que fue subir esos animales todos los días hasta los árboles para que se acostumbraran a dormir así. Necesité más de cien trabajadores para hacer eso…. Nos demoramos varias semanas”. En esa misma estancia, tenía montada en una pared, la primera avioneta que utilizó para enviar su primer kilo, que exhibía orgulloso a sus invitados.
Durante muchos años,su cumpleaños se festejó en su tierra natal con prostitutas pagas, whisky importado, habanos y las mejores comidas durante tres días.
Llegó a enviar droga a Estados Unidos con un submarino, método que luego siguieron otros narcotraficantes, hasta que le fue confiscado. Asistió a la asunción de Felipe Gonzalez como presidente de España, invitado especialmente por el partido socialista español. A principios de los 80, viajó a Washington con miembros del cartel y se sacó una foto frente a la Casa Blanca con su hijo juan pablo. En 1987 era incluido en la revista Forbes en el puesto 17 de la lista de hombres más ricos del mundo, con 3 mil millones de dólares.
El ministro de justicia que sucedió a Bonilla, Enrique Parejo,logró hacer importantes avances en la lucha contra el narcotráfico; decomisó aviones, revocó licencias de pilotos y firmó decenas de extradiciones a los Estados Unidos. Parejo fue designado luego embajador en Hungría y hasta allí llegó la mano vengativa de Escobar; recibió varios tiros en cruz, pero no lo mataron. Estos ataques, y muchísimos otros que se adjudicaban al capo, comenzaron a poner a Pablo Escobar en la mira del gobierno.
Se comenzó a discutir en Colombia, la posibilidad de permitir la extradición deciudadanos colombianos a pedido de los Estados Unidos. “Prefiero una tumba en Colombia a una celda en Estados Unidos” solía repetir Escobar a sus allegados.
En 1989, los partidos políticos hacían actos con miras a las elecciones presidenciales del año siguiente. El favorito de todas las encuestas era Luis Carlos Galán, quien permitiría las extradiciones si llegaba al poder. Escobar lo hizo matar en medio de un acto partidario. Cuando muere Galán, lo sucede como candidato su jefe de campaña, César Gaviria, quien también promete terminar con el reinado del Patrón.
El 27 de noviembre de ese mismo año, una bomba estalla en un avión de la línea avianca, dejando 105 muertos. Según comenta Popeye, mano derecha de Escobar, tenían el dato que Gaviria tomaría ese avión con destino a Cali.
En 1990 es elegido presidente de Colombia Cesar Gaviria, por abrumadora mayoría.
Para 1991, Escobar debió transigir en parte con el gobierno de Gaviria. El Gobierno Colombiano reformó la Constitución donde expresamente quedó asentado que estaba prohibida la extradición si Pablo confesaba. Escobar se entregó, pero no había cárcel en Colombia lo suficientemente segura para poder tenerlo, así que la mandó construir. En un espacio de 3 hectáreas, se construyó “La Catedral” cárcel en la cual sería el único preso. Tenía amplias habitaciones, una cascada cercana para cuando quisiera meditar, y guardia permanente las 24hs. Los guardias custodiaban que nadie se acercara sin autorización. Ahí mismo ejecutó a opositores y antiguos colaboradores. Ahí mismo dice la leyenda que escondió varios millones de dólares entre sus paredes, lo que hizo del lugar delicia de cazadores de tesoros.
En 1992, el gobierno de Gaviria decide terminar con la farsa y trasladarlo de prisión. Escobar decide entonces escapar de la prisión, y lo hace por la puerta principal.
Una vez fuera de prisión, reacciona sin piedad; manda a matar a decenas de jueces, políticos y periodistas, paga hasta 2000 dólares por policía, lo que desató una cantidad de asesinatos sin par. Sin embargo, su situación ya no era la misma; la guerra que emprendió contra diversos frentes le generó incontables enemigos; grupos paramilitares, guerrilla, policias, el cartel de cali y del alto valle. Los que sobrevivieron a la furia desatada por el capo narco comenzaron a juntarse, formando un grupo que se conoció como “Los Pepes” (Perseguidos por Pablo Escobar). Poco a poco, los Pepes empezaron a acumular poder, utilizando la misma técnica que su rival: asesinar a los que no estén con ellos. Los muertos de los pepes se distinguían fácilmente; todos tenían un cartel colgando del cuello que los identificaba como colaboracionistas de Escobar. Además de los Pepes, se formó un bloque de búsqueda oficial, 1500 hombres de élite y tecnología provista por Estados Unidos para acabar finalmente con el problema Escobar.
Rápidamente, los Pepes y el Bloque de Búsqueda fueron desarticulando la vasta red que tantos años le había llevado construir a Escobar. Sus colaboradores le abandonaban o eran asesinados por los pepes. La red de comercialización de Escobar se fue cortando, y mucha de la gente que trabajaba para él cambió de bando. Escobar compraba casas a diestra y siniestra, buscando dónde ocultarse. Pero su familia no estaba con él; era estrechamente vigilada por un pequeño ejército de 100 policías que procuraban que a la mujer de Escobar y sus hijos no les pasara nada; mientras ellos estuvieran en poder del gobierno, tendrían ventaja sobre Escobar. Para el tiempo en que lo atraparon, Escobar buscaba infructuosamente un destino para su familia, para luego poder negociar con calma.
El tiempo se le agotó el 2 de diciembre de 1993, cuando el bloque de búsqueda interceptó dos llamadas que hizo desde un teléfono móvil, logrando la ubicación exacta de la casa donde se estaba alojando desde hace unos días. Escobar estaba con El Limón, su custodia personal que en un acto de arrojo salió a enfrentar al grupo de búsqueda tan pronto escuchó ruidos extraños. Mientras baleaban al guardaespaldas, Escobar aprovechó la ocasión para tratar de escapar una vez más. No pudo lograrlo; recibió varios impactos de bala y murió sobre los techos de una casa cercana a Medellín ante la alegría de sus captores y la perplejidad de las autoridades: no podían creer que el capo entre los capos había finalmente terminado su reinado.
A la muerte de Escobar, se confiscaron , 1.525 automóviles, 321 aviones, 100 embarcaciones, 279 haciendas y 166 inmuebles urbanos. La antigua finca de Nápoles se encuentra hoy derruida, al igual que “La Catedral”, la lujosa prisión donde pasó casi un año. Su familia deambuló por varios países, terminando en Argentina, bajo el acuerdo entre el entonces presidente Samper y Carlos Menem. Como curiosidad, el grupo argentino «Los redonditos de ricota» compusieron «Me matan Limón» en recuerdo de su caída y los hipopótamos de su estancia se convirtieron en plaga.
Se calcula que mientras estuvo al frente del Cartel de Medellín, se cometieron unos 4.000 asesinatos.