By mayo 25, 2012 0 Comments Read More →

«El día que lloró el Payaso»

Una de las películas más controversiales de la historia, que dirigió y protagonizó, sin poder jamás estrenarla el célebre comediante Jerry Lewis. Qué fue lo que se le cruzó por la cabeza al momento de filmar es algo que podrán intuir las siete personas que pudieron ver el film. La única copia de la película está en poder del propio Lewis, quien prometió que jamás saldría a la luz.
Joan O’ Brien y Charles Denton fueron los encargados de escribir el guión; de todas maneras, el original sufriría una reescritura hecha por el mismo Lewis. Para muchos solo representó un film de muy mal gusto; sin embargo, esta calificación podría considerarse injusta, porque la mayoría de los críticos de cine juzgaron la película sin verla.

 

El Argumento

 

El film está ambientado en la época de la Alemania nazi. Un payaso llamado Helmut Doork se ve despedido del circo; con resentimiento y pasado de copas, se le ocurre burlarse de Hitler en un bar ante algunos miembros de la Gestapo. Tras el incidente, estos lo llevan como prisionero a un campo de concentración.

Pronto el payaso se convertirá en la diversión de oficiales y niños, hasta que se hace necesario eliminar a estos últimos porque bajo la lógica de la Alemania Nazi no podían trabajar. Doork será encargado entonces con la misión de atraer a los pequeños para que obedezcan en el campo y acudan a las supuestas duchas, en realidad, baños de gas.

La película termina con el payaso entrando tras los niños a las cámaras de gas donde morirían a los pocos instantes.

 

La historia de la producción del film está rodeada de un halo de misterio. Nadie sabe a ciencia cierta por qué la película no salió en cine o en VHS para el público. En 1972 comienza a rodarse en distintos lugares de Francia y Suecia. A los pocos meses de empezado el rodaje, el productor –Nat Wachsberger- se quedó sin dinero. Fue el propio protagonista, Jerry Lewis, quien se empeñó en continuarlo invirtiendo nada menos que 600.000 dólares, una cifra relativamente alta en esos tiempos para seguir adelante. Se llegó a decir que empleó niños escandinavos para hacer el papel de judíos, con el fin de abaratar los costos de producción. Incluso, la ambientación y el vestuario utilizados en la película no eran demasiado acordes con la época histórica que se buscaba representar.

 

Incluso Lewis no sólo perdería parte de su fortuna personal, sino que también tendría que afrontar la mala fe del antiguo productor, que se presentó al terminar de rodar para reclamar la propiedad de la cinta. Luego de muchas discusiones, se acordó que Wachsberger se quedaría con el negativo.

 

De todas maneras, estaba en los planes del famoso comediante el adquirir posteriormente los derechos de la película para poder estrenarla. Sin embargo, la falta de acuerdo solo logró que el estudio consiguiera el negativo de “El día que lloró el payaso”; misteriosamente, este desapareció y todavía hoy no se sabe dónde está. Al día de hoy, Jerry Lewis tiene en su poder la única copia en positivo del film.

 

Para muchos, la película frustrada representa uno de los primeros intentos de Lewis por desapegarse de sus viejos papeles y poder incursionar en el cine. Su fama ya estaba asegurada con el papel del “profesor chiflado” en los años ’60, pero para él no era mérito suficiente. Quería hacer algo más, contar una historia que pudiera conmover. Las malas lenguas afirman que en los tiempos del film, el actor tenía poco trabajo y no había protagonizado ninguna tira de éxito. Fue por eso que aceptó ejercer como profesor de cine, en una universidad donde curiosamente le daría clases nada menos que a Steven Spielberg y a George Lucas.

 

Hay rumores de que Lewis ha exhibido la película en forma privada, y aquellos que la han visto vuelven a hacer silencio una vez más. Incluso el actor es reticente a hablar de este proyecto durante sus entrevistas. De todas maneras, también se ha corrido el rumor de que Robbie Williams habría comprado los derechos del film para volver a estrenarlo. Verdad o mentira, en este intento han convergido dos historias: el payaso que entra a morir con los niños y el propio devenir desafortunado de la filmación. Curiosamente, dos historias que terminaron mal.

 

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